Las personas ya no son divertidas. Todos han perdido el mínimo sentido de humor que les quedaba en los huesos; la sociedad se ha tragado las sonrisas, el ingenio cómico y todo lo interesante del ser humano.

Por qué hablar de esto? Bueno, últimamente (y digo esto no porque en realidad todo el mundo cambió de la noche a la mañana, si no más bien las personas que me rodean) a nadie le parece gracioso el humor negro. Todo este argumento viene a raíz del desafortunado accidente que ha sufrido el cantautor argentino Gustavo Cerati.

Como algunos sabrán, el artista no tiene buenos pronósticos después de haber sufrido un infarto cerebral. Bueno, al menos eso creemos, ya que antes de eso era una isquemia cerebral y el día anterior simplemente un patatús producto del cansancio (lo que me hace catalogar este incidente como Bultus In Extremis). Es un hecho lamentable que a un artista del corte de Cerati pase por algo tan cabrón, y lo que entristece aún más son las masas de fans de este, que lloran su posible partida...























Y allí es donde entramos nosotros: los Gollums de la comedia. Lo maravilloso del humor negro es que es relampagueante, rápido, sencillo y apto para todo público con un coeficiente intelectual suficiente para operar un microondas. Su principal propósito no es ofender, pero toda buena comedia debe de hacer sentir mal a alguien para ser detectada por algún radar. Resulta que se me hace muy gracioso el hecho de que si Gustavo Cerati logra rebasar la muerte (como habrá hecho muchas noches, como notorio esnifador de coca) podría quedar hemipléjico, ósea, con una parálisis parcial del cuerpo, lo que sin duda afectaría radicalmente su carrera como músico.

Imagínense una nueva gira de Cerati intitulada “MEDIO HOMBRE”, donde antes de cada canción tiene un acalorado dialogo con su parte del cuerpo paralizada sobre las vivencias que tuvo en el hospital y sus sueños de coma inducidos por la morfina o cualquier otra droga extraña que quizás ya haya consumido a lo largo de su vida. Luego procederá a cantar sus más grandes éxitos:

La Excepción

HOOOYRGH ARGHAMOSH LA EXSCHEPCHIOOOON DE GHROMPER LAS GHREGLAAAAS

Bocanada:

SHE ESHTIGHRA EL TIEMMPOK Y ME OGHVIDO, ME OGHVIDO COMO VOOOOOS

Y como olvidar la famosisima Persiana Americana?

SHOLOO AGHSI TE VERGHHEE, A TGHRAVESH DE MI PERGHSHIANA AMEGHRICANAAA!!

Si pueden imaginárselo bizco, con un hilo de saliva recorriendo un descenso libre hacia sus jeans, con el espiche de un alienígena chino en crack y aún así no reírse, entonces no tienen lo que se necesita para ser una persona completa: SENTIDO BÁSICO DEL HUMOR. No es ni siquiera Schadenfreude, lo que me resulta gracioso a mí (y lo que por mil demonios debería a TI) no es la magnitud de la tragedia, si no hasta donde mi imaginación me lleva, y créanme, me está transportando a lugares donde todo está bien a pesar de lo sombrío del asunto.

Vamos, Ronny james Dio murió hace pocos días de una enfermedad que estaba azotándolo desde hace MESES, y nadie, absolutamente nadie estaba haciendo la clase de show que se está viendo ahora. Es más, a pesar de que respeto, respeté y respetaré más al monstruo de Dio por encima del mal hablado, aceitoso y presumido de Cerati, aún así bromeé con su muerte. Me pasé el día entero cantando canciones irlandesas, consumiendo cerveza y vociferando que en realidad Dio no había fallecido, si no más bien regresado a su país natal; aquél que se extiende más allá del final del arcoiris, ya que por fin le había llegado su turno de cuidar la mística olla de oro. Estoy seguro que Dio hubiera reído, ya que a diferencia del duende de los Lucky Charms, Ronny era un leprechaun con un corazón inmenso, que de haberle sido permitido habría compartido su oro mágico con todos los metalheads del mundo.

Como nota final sólo puedo decirles: no pierdan el sentido del humor. El reto más grande es hacer gracioso algo que no está supuesto a serlo, y eso es mis queridos amigos, lo más satisfactorio del mundo. Y recuerden, si ustedes los hombres tristes y de moral puntiaguda no pueden bromear sobre la muerte, entonces merecen vivir para siempre.