Oh, el lunes.

El trafico matutino. El sol que te acaricia las mejillas desde la ventana, despertándote suavemente con un tibio abrazo. El olor del desayuno; el sabor de las tostadas, la mixtura de la mantequilla y el agrio de la mermelada. El rugido del motor de tu auto al calentarse... todo es una mierda.

Los lunes son fácilmente los peores días del mes, y en mi opinión (lo que es la absoluta verdad e inquebrantable mandato) deberían de ser feriados. Nadie debe trabajar ni mover un solo dedo, a menos que sea para rodearte el pene y batirlo hasta alcanzar resultados blancos, viscosos y satisfactorios. Y créanme cuando les digo que no tienen que sentirse identificados con mis ideas, ya que yo no trabajo. Duermo hasta las 1 P.M., porque tampoco estudio: termine hace años. Vivo a metros de la casa de mis padres, así que cuando me levanto tengo un 90% de probabilidades de que mi comida ya me este esperando. No tengo necesidad de hacer nada: mi padre me paga un sueldo por el simple hecho de existir.

Si son unas esclavas sexuales hollywoodianas se estarán preguntando... “y de que te quejas, si vives mejor que yo?”. No puta, yo no soy una succiona colon conformista como tu, aun así tengo que hacer cosas que no me gustan: levantarme, pararme a encender el bombillo, despertarme para mear o con resaca... todo lo que cualquier macho (y una que otra mujer que merecería estar en mi harem) identificaría como actividades que convierten tu vida en una joda constante.

Todo esto me lleva a contar mi fin de semana.

El sábado pasado amanecí con supremas ganas de darme un jumo. De esos que cuando estas regresando a casa, piensas en Sara, la que te dejo cuando tenias doce años, solo para llorar como una niña en los hombros del taxista.

Luego de un día de 8 horas mierdosisimo, le comento al Mella por el MSN mis ganas de embriagarme como Odin manda. Resulta que tengo la suerte de tener algunos amigos que son hombres de verdad, de esos que asfixian mujeres cuando se las cogen. Inmediatamente se percata de mis necesidades vikingas de tragar alcohol, y me propone una salida hacia Cinema Café, donde se llevara a cabo un concierto un concierto de The Chinese Calendar. No me tomen a mal, no tengo nada en contra de la banda, pero digamos que no crean ese ambiente masculino que estaba esperando para embriagarme.

Voy a resumir la noche: diablos azules, cerveza, música aceptable, MUCHOS pokemones, y con el detalle especial de que prácticamente me hubiera cogido cualquier chica presente en el bar. No que quiera dejar dicho mucho con ese ultimo comentario, ya que sobrio podría abusar sexualmente de cualquier cosa, pero estando ebrio le haría el amor a un Guaraní hambriento.

Para las 12 ya estaba happy. Hablaba de forma elocuente con el Mella sobre lo brutal que es la batería (instrumento que el toca, y definitivamente conoce muchísimo mas que yo) y creando argumentos en los cuales trataba de llevarle la contraria sin éxito.

Media hora mas tarde, dirigiéndonos hacia el bar para seguir bebiendo, descubrimos que ya no había tragos grandes, lo que me ofendió profundamente. Negarle alcohol a un ente testosteronico como yo, no es solo una ofensa, si no una falta de respeto directamente proporcional al tamaño del pene de Thor. Yo y Mella, indignados, comenzamos a planear mentalmente nuestro destino durante el resto de la noche, cuando se me ocurrió cometer una barbaridad absurda.

Mi estomago pedía a gritos algo (notese que yo no como antes de salir de la casa, para multiplicar los efectos del alcohol), y decidí comprar 2 servicios de croquetas: lo mas económico del menú. Cuando trajeron los 2 platicos con 3 croquetas en cada uno, no pude evitar sentirme violado. Estoy seguro que si mi cara de terror no hubiera estado encolada al mojón gastronómico que había pedido, hubiera alcanzado a ver la cara del bartender con un guiño de satisfacción a la Jack Nicholson. Hijo de puta.

Eso es prácticamente todo. Regrese ebrio a casa, y aunque al final no fue como lo esperaba, no puedo quejarme... esperen, si puedo. Al otro día me levante con un dolor de cabeza martillandome la frente, así que aun puedo decir que mi fin de semana fue una mierda... menos hedionda que de costumbre, quizás.

Esperen mas adelante algunos edits, a medida que el día progrese.

Edit #1: a veces grandes frases se dicen y se olvidan... pero por que no darle un uso mas a este blog? Esta ha sido toda una hoya:

"A veces siento que mis peos no hieden. Ahi es cuando siento que mi alma es pura." - Charles

Bueno, a comenzar.

Seré conocido como Mishra, el pirata fecal.

He decidido crear un blog, que mas bien que un diario o un toilet de desahogo, quiero que se convierta en en un punto de encuentro. Un lugar donde personas puedan leer y sentirse identificados con los que escribo, entretenerlos y alimentar ese ego incontrolable que a veces desearía no tener. Este espacio con suerte sera actualizado todos los días, con acontecimientos diarios, reflexiones, teorías sencillas, asqueantes y varias sobre la vida en general.

Como podrán fijarse por el encabezado del blog, mi filosofía de vida se resume en una frase: “La vida es una mierda”. Fluye como el apestoso río de una cloaca, y no tenemos otra opción que ser arrastrados. No tenemos de donde agarrarnos ni como navegar, y si eres un hippy masca bolsa que cree que hay algún islote apartado llamado “felicidad”, vete de aquí. No quiero que sigas leyendo lo que quizás sera el blog mas pesimista e incorrecto que jamas hayas visto en toda tu miserable vida metrosexual.

Pero créeme, no quiero aburrirte. Una vez al mes, pondré mi masculinidad y vida social a prueba con una serie de “retos”. Documentare ocurrencias, pruebas estúpidas y demás, de una forma detallada para que el lector pueda disfrutar del flagelo humano que es mi incombustible y patética idiotez. Desde salir desnudo y bailar el electro boogie en plena carretera, hasta filmarme mientras me follo a la abuela de mi vecina... cualquier cosa que se me ocurra.

No se cuanto pueda resistir con un blog, así que terminare antes de cambiar de idea...

Hasta la próxima entrada, que dará comienzo a este blog de forma regular.